sábado, 9 de octubre de 2010

Capitulo 3. Kareth.





Kareth. Kareth. Kareth. El maldito nombre me golpea en la cabeza una y otra vez como un mazo. Me salvó, pero aun me pregunto por qué y no puedo dejar de pensar en eso.
El dirigió el ataque, lo vi, y ahora me salvaba. No entendía nada.
Intente encontrar una postura cómoda en aquella mazmorra, pero me era imposible encadenada como estaba a la pared. Ya había intentado volver a escapar unos minutos antes, pero no era lo mismo madera que una mugrienta e impenetrable pared de 300 años.
Me estaba resignando a morir de hambre cuando oí unos ruidos que se acercaban a mi celda. Me arrime aun mas a la pared, estaba muerta de miedo. ¿Que mas me pasaría ahora?
Dos vampiros altos entraron y me liberaron del anclaje de la pared. Uno era muy musculoso y engarbado, nariz recta y gesto torvo; el otro delgado, fino y níveo como un duende de agua. Sin decir ni una palabra me alzaron con rudeza tirando de las cadenas.
El delgado me cogió sin previo aviso de la barbilla y me miro a los ojos, evaluándome. Sostuve su mirada con un valor que no parecía mío. Pareció cansarse y retiro la mano.
-Kareth desea verte. Murmuro sin emoción en la voz, volvió a mirarme con intensidad, como si desease encontrar algo en mí.
El grandote saco una cinta de tul y me tapo los ojos. Con dureza tiraron de las cadenas para moverme, por el camino pude oír risas, gritos de jaleo, exclamaciones de sorpresa… estaba desconcertada, era como andar por un camino a tientas.
Me caí varias veces sobre la fría piedra lo que causo gruñidos y furia por parte de mis guías.
-Estamos llegando. Me avisó el rubio delgado con voz monocorde. Pasamos varios pasillos y escaleras, hasta que al final llegamos a una habitación. Me empujaron adentro y caí de bruces. Rapidamente me quite la cinta que me cubria los ojos, lo importante era saber donde estaba. Era una habitación amplia con una gran cama cubierta con pieles un par de armarios y una mesa.
-Que te diviertas, Kareth, huele bien. Se rio el grandote.
¡Para eso me había salvado para poder comerme él! Bueno hasta aquí llegaba mi templanza de heroína, no podía más, estar siempre en dudas era un tormento, así que se lo puse fácil.
Me retire el pelo y lo puse todo a un lado del hombro.


- Por favor que sea rápido. Le suplique melancólica, baje la mirada.


El me miro extrañamente y después un brillo de entendimiento corrió por su mirada.
Me cogió la cara con sus frías manos, estaba preparada ya, lo estaba…
Pero nuevamente no sucedía nada.


- Protege tu cuello humana, tu sangre es lo más valioso y vulnerable que tienes.
Dicho esto me volvió a colocar el pelo en su sitio.
- N-no entiendo
- No voy a beber tu sangre . Me explico amablemente.
Se dirigió hasta un armario y cogió una gruesa capa, luego se acerco a mí y me la tendió con la mano.
- Hace frio por aquí.
- No cogería nada de un vampiro. Escupí descarada. Vale era desagradecida, me había salvado dos veces de la muerte, pero aun lo odiaba.
Se encogió de hombros. Se sentó en el borde de la cama y me miro divertido.
- Eres increíble. Se rio con fuerza, se paso la mano por el pelo castaño claro.
Me mordí los labios con fuerza, ¿a que jugaba aquel vampiro?
Fui a apoyarme contra la pared, el me siguió con la mirada, cauteloso.
-¿Cómo te llamas? Me pregunto interesado.
Fingí no oírle y gire la cabeza. Me temblaban las manos, así que las apoye en el suelo.
-venga. Prosiguió- tienes que tener nombre. Es lo menosque puedes darme.
- Carlie. Susurre, hablar con él no iba a ser mi mayor alegría.
-Yo soy…
- Se quién eres. Le interrumpí con odio. Eres Kareth, el implacable. El que dirigió el ejército contra mi castillo. Te vi.
El me miro largamente, entornando los ojos. Supongo que el tema de masacrar a los mios no entraba en sus temas de conversacion.
- ¿que hacías fuera de las murallas, Carlie?
- Yo accione la defensa. Murmure con ira.
Seguramente ahora vendría una explosión de furia, ya que por mi culpa no entraron.
Me miro sorprendido y se rio. Que vampiro más extraño. Me miraba una y otra vez y se reía.
-¿Qué te hace tanta gracia? Inquirí en un deje desdeñoso.
El paro de reírse, exhibiendo una sonrisa deslumbrante. ¿Cómo podía un vampiro tener una sonrisa tan bonita?
- Que a Ageo no le hará mucha gracia que te proteja. Respondió tranquilo.
Me estaba protegiendo de Ageo. ¿Pero por qué? Ageo era el jefe de los vampiros y no le iba a gustar que me protegiera ¿Por qué se arriesgaba por mí?
Antes de que pudiera decirle nada, llamaron al portón. El grandote de antes emergió del pasillo y pude ver en sus ojos una clara muestra de decepción cuando me vio. Estúpido.
- Kareth, Ageo ordena verte.
Hablando del rey de roma….
El grandote se fue y Kareth hizo ademan de seguirlo. Movida por un impulso me levante y le cogí del brazo antes de que saliera.
-¡espera! ¿Volveré a verte? Pregunte ansiosa. Era mi unica esperanza de seguir viviendo, po lo que habia visto.
El sonrió misterioso y me acaricio el pelo. Me sonroje.
Acerco su cara a la mía.
-Puedes apostar que si, hermosa Carlie.
Y se fue.

domingo, 10 de enero de 2010

Capitulo 2 . Colmillos a pares.

Puede parecer absurdo cuando mueres, tu camino se acaba y te pierdes. Ahora mismo no sé donde estoy ¿muerta? ¿Viva? Todo se desvanece en un momento, y luego queda un vaivén….espera ¿un vaivén?
Me intente incorporar dificultosamente, cuando, el suelo donde estaba pego un brinco. Y volví a caer, note un fuerte tirón en las muñecas. Estaban encadenadas.
Intente centrarme en la situación…abrí los ojos y procure acostumbrarme a la oscuridad. Lentamente empecé a ver algo… me hallaba en una especie de cámara de madera que se movía... Preste aun más atención, creo que estaba en una especie de carruaje...el suelo no cesaba de moverse, y oí un golpeteo exterior de cascos de caballos. Un carruaje.
Necesitaba aire y luz, en ese pequeño espacio me estaba agobiando, necesitaba salir. Vale, lo admito, tengo un poco de claustrofobia. Aun sabiendo que seria inútil intentaría escapar de aquella prisión, pues las paredes no cesaban de acercarse a mi y me faltaba respirar.
Moví las muñecas en busca de movilidad, me bastaría tirar un poco para arrancarlas de la pared. Sin pensar, junte las manos y con todas mis fuerzas me eche hacia atrás. Pude notar como el metal se separaba de la pared de la madera logrando hacer un boquete enorme. La carroza se paró de pronto, la había cagado.
Oía pasos rápidos acercarse y gritos lanzando maldiciones. No debi hacer eso. Pero el aire estaba lentamente entrando, y eso me permitió volver a la realidad.
La luz penetro por el agujero y me ilumino la estancia, era una carroza no me había equivocado.
Una cabeza emergió por el orificio, un vampiro de rostro cuadrado y pequeños labios finos. Parecía estar furioso. Me encogí cuanto pude contra la pared, mi cuerpo temblaba de puro miedo. La figura clavo sus manos en los trozos del hueco y tiro. La pared entera se desplomo. El corazón se me iba a salir del pecho, parecía una bomba que en cualquier momento estallaría.
Era un vampiro mediano ojos de color borgoña y pelo negro. De un salto penetro en el cubículo y furioso me enseño los dientes como un animal. No pude hacer más que mirarle.
Me cogió del pelo con violencia y me tiro hacia fuera. Caí sobre unos mullidos helechos. Estábamos en un bosque. ¡maldicion! Intente recordar algo del entrenamiento como cazadora para poder defenderme de lo que seria un ataque inevitable.
Rápido como una flecha se acerco a mí.
-Te perdonamos la vida y así es como nos lo pagas, estúpida. Siseo colérico. Se estaban acercando más congéneres que nos observaban divertidos.
Fue a alzarme la mano para pegarme, yo ya estaba preparada. Le cogí por la muñeca y le hice una llave pegándole en el costado. Me prepare para escapar.
El se levanto y aun mas trastornado fue a por mi cuello. Me atrapo el cuello con ambas manos. Me aparto el pelo. Intente zafarme, pero los otros me cogieron
- Hey Jared. Repártela.
- Que apetitosa….
- ¡como se remueve la condenada!
Comentaban mi muerte como un espectáculo donde ellos querían ser algo más que simples espectadores. Ya notaba su aliento sobre mi nuca, mi vida ahora sí que se apagaría.
Cerré los ojos rogando porque no fuera demasiado doloroso, aun a sabiendas de que si.
Pero…no paso nada. Alcé la mirada y le vi por primera vez, a él. Al vampiro que había atacado mi casa, al que se había cargado mi hogar.
Era de constitución musculosa, la piel era calcarea como el marmol y tenía unos ojos verdes que atavesaban.
-soltadla. Exigió con voz autoritaria. El vampiro que me había atacado cerró la boca sorprendido. Le miro lleno de dudas.
-pero Kareth es una humana…
-¡he dicho que la sueltes! Volvió a ordenar, Kareth. Al ver que el asqueroso chupasangres no me soltaba, me zafe de él. No hizo nada por impedírmelo.
- ¡quien toque a la chica, será castigado! Dicto Kareth. Intente mantener mi semblante desafiante, cundo este me miro a los ojos. Otra vez en mi mente volvían a dispararse mil preguntas ¿Por qué me protegía? ¿Por qué no me dejaba morir?
Este me echo una última mirada y desapareció por donde había venido. Después de eso solo recuerdo que me desfallecí por el agotamiento y el hambre.

domingo, 12 de abril de 2009

cap 1.

Escudriñe la vista hacia el filo y deje que las llamas lamieran la hoja lentamente.
Jillian gruño impaciente a mi lado. Puse los ojos en blanco.
-¡jill si quieres que este perfecta estate en silencio! : Le espete irritada.
Le quería mucho pero era demasiado impaciente e intranquilo. El cerró la boca.
Me incline hacia el fuego y saque la hoja la empecé a pulir con la piedra pómez. Debía de ser cuidadosa, un fallo y adiós al doble filo.
Jill empezó a dar golpecitos en el suelo de madera. Para ser más mayor que yo, a veces parecía un crio.
Espere unos segundos más y…
-¡ya está! Exclame emocionada, mi nueva arma estaba acabada. Su diseño había sido un reto para mí. Era de doble filo con apoyadura de marfil, redondeada y ligera. Para la lucha cuerpo a cuerpo.
Jill sonrió, con los ojos brillantes fijos en el arma. Se la entregue, la cogió con sumo cuidado y la examino con admiración.
-¡es perfecta!
-te lo dije. Le reproche mientras me secaba el sudor de la frente, estar junto a la fragua era casi como tocar el fuego
Me quite los guantes ignífugos y me hice una coleta.
-¿qué tal Otto? Pregunte distraídamente, no iba mucho por el castillo así que no tenía ni idea de lo que pasaba.
Levanto la vista y sonrió feliz. Era una buena noticia seguro. La cara de Jillian siempre era como un mapa de sus sentimientos. No era capaz de mentir.
-al final se casa con Nive.
Sonreí para mis adentros. Ese acto proveniente de mi correctísimo hermano Otto daba a significar que teníamos algo en común en nuestros genes. Por fin desafiaba un poco a la moral.
Como mi padre desaprobaba la relación con Nive, era algunos años mayor, seguro que se había enfrentado a él.
Nive me gustaba era la clase de mujer hecha y derecha que te impone respeto nada mas mirarla, pero tenía algo diferente a las demás. Siempre había pensado que era demasiado para Otto.
- Se lo que piensas Carlie. No ha habido ninguna pelea monumental, papa inspiro hondo y trago.rio Jill.
Que chasco.
-Carlie, hay otra noticia importante –fingió que examinaba la daga-papa ya anunciado un heredero.
Pues vaya noticia, seguro que seria Otto. Ni yo, ni Jill habíamos cumplido con las expectativas de mi padre. Yo había dejado la partida de cazadores y me había recluido en este laboratorio, y Jill era un rebelde desde su nacimiento, nunca atendía a órdenes y hacia lo que le daba la gana.
Levante las cejas.
-¿apostamos?
Jill rio.
De repente un sonido le cortó la risa, era la señal de alarma. Nos atacaban los vampiros. Asustada me asome al ventanal. Una horda de por lo menos trescientos vampiros. Se me helo la sangre. Se acercaban como una ola dispuesta a engullir una isla. Pero era prácticamente imposible que no los hubiésemos detectado hasta ahora. Teníamos puestos de vigilancia cada muchas leguas.
-Jillian. Susurre con un hilo de voz. Huye…
Jillian no reaccionaba. Le solté un bofetón. Movió la cabeza.
Jillian sabía lo que tenía que hacer, echo todos los diseños que había de nuevas armas al fuego y me empujo hacia el pasillo. Allí todo era un caos, ingenieros con cazadores se movían en conjunto y desordenadamente para huir de allí. No en vano era el punto más débil de la fortaleza.
Pero pasaba algo raro, no oía el despliegue de la barrera. Volví a asomarme por la ventana y escudriñe la vista hacia el puesto de Kelly.
Yacía muerta con una estaca clavada en su cuerpo y un clavel de sangre floreciendo a su lado. Maldición. Los vampiros ya habían sacado las ballestas.
Sabía lo que tenía que hacer.
Todos se olían algo raro ya que tampoco habían oído nada accionarse. Abrace a Jill.
-guíales por el pasadizo. Le ordene como despedida.
Tampoco quería montar una escenita, el sabía que yo iba a morir y yo lo sabía. Pero que quieres si participas en esta guerra en algún momento te toca morir ¿no?
Corría rauda con un extraño impulso a lo que sería recibir mi muerte. Mi laboratorio se estaba desplomando por momentos por lo que una granizada de piedra, polvo y escombros se desplomaría sobre mí.
Abrí la fornida puerta, el cielo estaba purpureo por el reciente anochecer, una ráfaga de proyectiles inundaban el camino entre mí y mi destino.
Corrí a accionar la defensa. En cuanto llegue tire de la palanca, oí un chirrido. Ya se había accionado, los vampiros se detuvieron en seco. Ja, podía hasta oler su desconcierto.
Aproveche ese momento para huir al bosque de al lado. A lo mejor tenía una oportunidad después de todo. Me agazape en un arbusto, cerrando los ojos y concentrándome en los sonidos. Podía oír la voz de Otto en las murallas, mi madre llamándome desesperada… siempre había sido muy melodramática
Súbitamente oí un ruido cerca de mí. Mira que soy estúpida, tanto tiempo entre fuego y metal me habían hecho olvidar mi aprendizaje. Regla nº 1: no te pongas a favor del viento cuan un batallón de vampiros sedientos de sangre te atacan. Te atacaran.
-mmm ¡huelo a humano! Se relamió alguien, los demás asintieron. Me encogí sobre mí misma, me habían encontrado. ¿Para qué esconderme si iba a morir? ¿Por qué no morir matando? Aun llevaba el arma nueva. Sopese mis opciones. Morir o morir. Ya habían captado mi olor ¿Qué sentido tenía esperar vivir?
Me levante de un salto. Era un grupo de cinco o seis vampiros fornidos. Dieron un respingo. Atravesé al primero con una daga.
-la humana quiere jugar un rato…se rio uno. Ese era el amor que tenían por sus congéneres.
Fui a por los demás, rápida como una flecha, tuve tiempo de tumbar a dos antes de que reaccionaran. Fui a volverme para terminar el trabajo, pero algo me golpeo la cabeza y todo se volvió negro.
En lo último que pensé fue en mi familia, esperaba que encontraran mi cadáver.

viernes, 10 de abril de 2009

carlie-prefacio

prefacio. ahora acorralada como estoy , con mi mundo en llamas, intento arrepentirme de lo que hice. Pero en el fonfo y anque viva mil años no podre, simplemente, por que de verdad le amo. Le amo y me odio por eso. Y aun viendo mi vida destrozada gracias a su gente, no puedo dejar de amarlo y me duele. Me duele porque nunca deberia de haber pasado esto, por que Carlie haynes nunca debio enamorarse de Kareth, el vampiro. Es antinatural. Pero tan irresistible... que me deje llevar y las consecuencias, ahora son fatales ...

hola!

bueno me gustaria presentarme : me llamo scarlet y me gustaria escribir en este blog mis relatos, pensamientos ,poesias.... para que me deis vuestra opinion.
ya que soy una escritora en practicas, muchos relatos ya los he puesto en muchos foros pero ...no se..
espero que os gusten y comentar!!